lunes, 31 de marzo de 2014

En memoria de...


                                               Las masas humanas más peligrosas son
                                         aquellas en cuyas venas ha sido inyectado
                                         el veneno del miedo...del miedo al cambio

                                              (Octavio Paz)


    Cien años. Una cifra redonda. Y es que hoy 31 de marzo se conmemora el centenario del nacimiento de uno de  los poetas y escritores más representativos de las letras del siglo XX.
De este poeta, escritor y ensayista mexicano, condecorado en 1990 con el galardón por excelencia de las letras como es el Premio Nobel, podemos apuntar párrafos y párrafos de comentarios acerca de su extensa obra tanto poética como la dedicada al ensayo, sin olvidar otros géneros literarios cultivados por este escritor mexicano, así como de sus ideales, sus vivencias como diplomático en diferentes regiones del mundo.

    No sólo por sus obras es conocido, respetado y estudiado, también por los variados temas que a lo largo de su vida le cautivaron y  por los que luchó como la Revolución, la relación entre los escritores y el poder, la democracia en los países latinoamericanos, los ideales de la izquierda (de joven fue marxista ortodoxo, marcó distancias con la Revolución Cubana)

 Buena parte de su obra poética, así como la ensayística, está marcada, influenciada por los acontecimientos que dieron lugar en su época, por sus pensamientos, por sus acciones en defensa de unos ideales, de una conciencia social,  por los innumerables viajes, de diversa índole, que realizó en vida.
 El descontento, sus ideas de izquierdas le mueven a viajar en 1937 a España en plena guerra civil para defender la causa republicana, algo que se refleja en alguna de sus creaciones  ("Elegía a un compañero muerto en el frente de Aragón", por ejemplo), así como a su regreso a México ("El barco") cuando reflexiona sobre las consecuencias humanas del conflicto armado.

 Durante 10 años estuvo fuera de su país de origen embarcándose en viajes por Estados Unidos, en París (como miembro del servicio diplomático y donde tuvo contacto con Breton, entre otras figuras destacadas de la época, y el surrealismo), y también como diplomático en Nueva Delhi, Tokio y Ginebra.

 Dado que la extensa vida de Octavio Paz merece una entrada más extensa, y tal vez mejor cuidada, valga la publicación del día de hoy como recuerdo de un poeta ilustre.


                 Abre simas en todo lo creado,
                abre el tiempo la entraña de lo vivo,
                y en la sombra del pulso fugitivo
               se precipita el hombre desangrado.

               ¡Vértigo del minuto consumado!
               En el abismo de mi ser nativo,
               en mi nada primero, me desvivo:
               yo mismo frente a mí, ya devorado.

               Pierde el alma su sal, su levadura
               en concéntricos ecos sumergida
               en sus cenizas anegada, oscura.

              Mana el tiempo, su ejército impasible,
              nada sostiene ya, ni mi caída,
             transcurre solo, quieto, inextinguible

               A la memoria de Jorge Cuesta

                 (Libertad bajo palabra)

   

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